Descubre Huelva en un viaje sensorial que empieza y termina con la Luz. La del sol, que brilla casi 3.000 horas al año. La del cielo, de un azul intenso como reflejo del mar. La de sus verdes campos, que huelen a vida. La de la Sierra, donde vive el sabor ibérico. La de las playas, donde su blanca arena te acaricia y relaja en un solo gesto. La que desprenden sus aguas, que te traen el murmullo del océano, la suave risa de los ríos, el silencio de los pantanos. Descubrirás un destino de Luz.
lunes, 7 de marzo de 2011
Rojo y verde, un paisaje excepcional
Recuerdo la primera vez que lleve a mis hijos al río Tinto. Era un día deslumbrante de primavera y la luz del sol penetraba el agua y explotaba en una espectacular amalgama de colores. Una poza de poca profundidad había tomado una tonalidad increíblemente dorada y Rocío y Pepe, que entonces no llegaban a los seis años, gritaron maravillados: ¡Un río de oro!. Desde entonces, y ya han pasado más de siete años, la visita al río de oro se ha convertido casi en una obligación que hay que cumplir ineludiblemente. Además del oro han descubierto el rubí en el rojo intenso que da nombre a la corriente, la esmeralda en el verde que enmarca sus riberas y el zafiro en el intenso azul de un cielo que derrama toda su luz sobre un paisaje único en el mundo.
Si quieres sentir la soledad y los colores de un mundo primigenio baja del coche y ponte las botas; deja que se manchen de barro rojizo, que se impregnen de olor mineral, que se humedezcan de esas aguas casi alienígenas. Siéntate en una piedra en mitad del cauce y dejate envolver por el murmullo del agua. Te aseguro que olvidarás esa ciudad tan cercana pero tan lejana.
Etiquetas:
Cuenca Minera,
planes con niños,
Río Tinto,
salvajemente natural,
senderismo
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario